Homenajes 2014
La señora Sonia Seminario cumple 61 años de actividad artística
ininterrumpida, engalanando aquellas obras en las que participa. Estudió con
los más reconocidos profesores de la ENSAD, el Club de Teatro, la AAA y también
viajó a Nueva York para enriquecerse más como actriz. “La primera obra que hice
se llamó El Apolo de Bellac de Jean Giraudoux y recuerdo con mucho cariño a mis
maestros Reynaldo D’Amore, Ricardo Roca Rey, Alan Schneider, entre otros”,
menciona. Sonia ha realizado giras con la ENSAD y ha paseado su talento por
Ecuador, Colombia, Bolivia y Chile, actuando en comedias y dramas. “No tenemos
nada que envidiarle a los actores extranjeros, los nuestros son estupendos”,
asegura. Sobre su director en El último fuego (2012), Jorge Villanueva, que
además le tocó escribir el Mensaje Nacional por el Día Mundial del Teatro de
este año, manifiesta que fue la primera vez que trabajó con él, a pesar de
conocerse hace años. “El último fuego fue una obra violentísima, pero muy bien
hecha, muy bien estructurada”, afirma.
“Recuerdo que la AAA era antes un sitio en el que venía toda la
sociedad limeña, se hacía ballet (la bailarina Lucy Telge estuvo aquí desde
chiquita), se hacían los famosos auto sacramentales, a cargo de Ricardo Roca
Rey”, rememora Sonia. Su hija, Ximena Arroyo, administra actualmente este
espacio cultural; pero Sonia aclara que “nunca quise involucrar a ninguna de
mis hijas en el ámbito teatral”. En la AAA, vimos a Sonia actuar en El jardín
de los cerezos (2003) de Anton Chejov, montaje en honor a sus 50 años de vida
artística. Y el pasado 2013 actuó con su hija Ximena, bajo la dirección de
Oscar Carrillo, en La eternidad en sus ojos, pieza escrita por Eduardo
Adrianzén especialmente para ella. “Seguiré actuando hasta que pueda hacerlo”,
nos promete Sonia con convicción. Una consumada actriz que este año, es reconocida
por el Centro Peruano de Teatro ITI por su impecable trayectoria.
Sergio Velarde
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